Muchos niños nacen pelones, otros lucen al nacer una hermosa cabellera o una tímida melenita. A partir de los tres o cuatro meses, cuando nuestro bebé pase menos tiempo tumbado, su cabellera se volverá cada vez más homogénea, sin calvas debido al roce con el colchón.
Este pelito suele requerir el mismo cuidado que el resto del cuerpo del bebé. El jabón empleado, que tiene que ser suave y que no dañe los ojos, puede emplearse para cuerpo y cabeza, y no necesita muchos más cuidados en cuanto a su higiene hasta que no cambien el pelo. El peinado diario del cabello del bebé después del baño es un buen remedio para combatir o aminorar la producción de costra láctea, exceso de grasa del cuero cabelludo que en muchos casos puede ser muy abundante e incluso llegar a extenderse a otros lugares de la cabeza. Ha de realizarse preferiblemente con peine mejor que con cepillo, y éste tiene que tener las puntas redondeadas para no dañar el cuero cabelludo.
Aunque recién bañados es maravilloso poner el pijamita a tu bebé y echarles un poquito de agua de colonia, debemos evitar echársela en el cabello o en la pìel ya que éste suele engrasarse o perder brillo, es preferible hacerlo sobre la ropita si queremos disfrutar de achuchar a nuestro retoño limpito y bien oloroso.
Cuando nuestro bebé sea un poquito más mayor, las mamás estaremos tentadas de que luzca un peinado realizado primorosamente por nosotras, especialmente si es niña. Hay muchas variedades, dependiendo de la cantidad de pelo del que disponemos para peinar. Aún con poquito pelo, es posible ver algunas princesitas luciendo un femenino y delicado lazo o florecilla cogidos con un pequeño corchete; otras lucen un precioso "kiki" en forma de fuente; otras unas pequeñas coletas o todo tipo de recogidos.
El mercado de lazos, coleteros, pasadores, pinzas, diademas y horquillas es muy variado para nuestras pequeñas, hay para todos los gustos y todos los tipos de cabello, rizados y lisos, pobres o abundantes. Yo nunca conseguí con éxito ponerle a mi hija ningún tipo de recogido, su cabello era muy fino y lacio, y además ella no consentía en que le pusiese ningún adorno, ni siquiera un gorrito para el sol.
Las horquillas se le acaban escurriendo o bien se la quitaba en cuanto la sentía en su cabeza para acabar puesta dentro de su boca; cualquier recogido que le hacía, ella tardaba tres segundos en destrozarlo, así que opté por llevarla con una melenita suelta que no le molestara en los ojos. Aunque están absolutamente preciosas con un recogido o adorno en su cabello, hacerlo de una manera continuada puede causarles molestias en el cuero cabelludo, y si son pequeñitas es preferible, sin duda, que lleven el pelo sin adornos que puedan quitarse con facilidad, por el riesgos de atragantamiento, ya sabemos todos que los bebés son muy aficionados a llevarse todo a la boca, incluyendo los aderezos de sus peinados.
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