La higiene y el cuidado de la piel del recién nacido son importantes debido a que la fragilidad de su piel lo predisponen a procesos infecciosos e irritativos que no causarían daños en la piel de un niño o un adulto.
El niño debe mantenerse en un ambiente cálido y húmedo, evitando la exposición solar y siempre debe manipularse al neonato con las manos limpias.
La higiene básica del recién nacido mediante el baño puede realizarse desde el nacimiento, de forma breve y con una pequeña cantidad de jabón neutro diluído. El agua debe ser templada. Después del baño debemos secar bien toda la superficie corporal, prestando especial atención a los pliegues, donde son más frecuentes las infecciones por hongos y bacterias. Se deben usar champús y geles neutros diluidos en el agua. Y tras el baño es importante aplicar cremas hidratantes de alto contenido en grasa.
El cordón umbilical se desprende entre el quinto y el décimo día, el único cuidado que debe realizarse en la zona es mantenerla limpia y seca. No es necesario el uso de antisépticos por su potencial toxicidad.
Las uñas han de cortarse bien y no deben introducirse bastoncillos en el conducto auditivo.
En el área del pañal debemos usar cremas barrera sin sustancias irritativas. El cambio de pañal debe realizarse con frecuencia, como mínimo después de cada toma.
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