Si estás embarazada, seguro que ya te has puesto a pensar en las miles de cosas que necesitarás.
Te darás cuenta, una vez pases esta etapa, que muchas cosas que ves por ahí, no te han hecho falta alguna y te arrepentirás de haberlas comprado.
Yo hoy te voy a hablar de una, que a mi me regalaron y no supe lo útil que sería, hasta que deje de poder dormir sin ella, durante el tiempo que duró el embarazo.
El cojín de lactancia
Conforme la tripita me crecía, mas molesto era el descanso en la cama. Me clavaba las rodillas al dormir de lado y boca arriba, aguantaba solo algunos minutos.
Así que me fabriqué una trinchera con el cojín, y a parte de sostener la tripa, al ponerme de lado, me aliviaba poniendo un extremo entre las piernas, para conseguir el descanso ansiado.
Pero no solo me sirvió en la etapa pre-natal.
También le dí infinidad de usos en el momento del parto y mucho más allá… Por eso he decidido dedicarle un artículo en el blog.
El momento de dar el pecho o alimentar a nuestro bebé, es uno de los mejores momentos que experimentamos cuándo acabamos de ser mamás.
Esta unión que se forja entre ambos, hace que este momento sea mágico, único y especial.
Pero puede ser horrible si no encuentras una postura cómoda, que te permita sujetar y amamantar a tu bebé.
Buscar una postura adecuada a la hora de alimentar a tu recién nacido, ya sea con pecho o biberón, es fundamental para sentir que este está seguro y relajado, en cada una de las tomas.
Beneficios del cojín de lactancia
La mayoría de los cojines de lactancia, están diseñados para soportar el peso del bebé y facilitar la postura durante el acto de amamantar.
Te facilita el apoyo del bebé y del brazo que lo sujeta, para que este momento sea cómodo y relajado.
Es igual de útil y valioso, su uso en el caso de tener que dar biberón, ya que se puede usar perfectamente en ambos casos, para colocar al bebé cerca de tu cuerpo.
Puede parecer un objeto prescindible, e incluso has podido pensar que cualquier cojín puede sustituirlo, pero una vez has probado un cojín de lactancia, puedes estar segura de que no lo cambiarías por nada en el mundo.
Colocar el cojín de lactancia debajo de nuestras piernas, hará que sintamos un gran alivio a nivel lumbar.
Esta postura mejora en muchos casos, que la curvatura lumbar (lordosis lumbar), a veces acentuada en estos periodos, se relaje y entre en contacto con la superficie donde estamos apoyadas, favoreciendo así el descanso.
Puede servir, como ya te comentaba más arriba en el post, para descansar nuestra tripa sobre ella, en las posturas laterales y servirnos como apoyo en viajes largos en coche, tren… contribuyendo positivamente al descanso en todos los momentos de nuestro día.
Otro uso, que al menos yo le di cuando hicimos colecho, es colocar el cojín como barrera en la cama, para que no pudiera rodar hacía el lado contrario de la cama. ¡Algo que a mí me daba bastante tranquilidad!
También podemos seguir utilizándolo cuando el bebé empiece a sentarse sólo, como respaldo, situándolo en el centro del cojín y rodeándolo con él, para que esté seguro.
En cuanto a los modelos de cojines de lactancia, decir que hay diferentes tipos en el mercado y que debes buscar el que mejor se adapte a tus necesidades.
Los hay de distintos tamaños, pequeños y tamaño XL, para que elijas según cuales sean tus preferencias.
Los cojines grandes, normalmente van rellenos de bolitas de poliestireno, lo que hacen que se consiga una mejor adaptabilidad para las tomas. Es preferible que no estén demasiado rellenos, ya que pueden resultar más incómodos.
Sí que es importante que sean 100% de algodón y se puedan desenfundar, ya que del uso constante, tendrás que desenfundarlo para lavarlo, más de una vez.
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